Ya sabéis que esto de la maternidad/paternidad es toda una experiencia vital. Un viaje en el que uno nunca deja de sorprenderse con sus reacciones frente a las pequeñas fieras. Por muy bien que creamos conocernos de repente un día nos sorprendemos haciendo cosas absurdas e inexplicables.
Ese es el caso de nuestra candidata nº 17 a Peor Madre del Año. La que hasta la fecha presumía de Madre Molona se llevó un baño de realidad hace poco. Pero mejor que os lo cuente ella misma.
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