Pues nada, aquí estoy de nuevo (Papá de Guindilla) para contar algo que lleva un tiempo rondándome la cabeza.
¿Estaré convirtiendo a mi hijo en un pequeño friki?
Según pasa el tiempo mi hijo va definiendo poco a poco que cosas son las que más le gustan y sospechosamente se está convirtiendo en un mini-yo. Sus cosas favoritas son:
- Muñecos de superhéroes
- Videojuegos
- Comics de superhéroes
- Star Wars y todo lo que le rodea
Evidentemente soy una mala influencia. Mientras su madre le lee cuentos, utiliza juegos educativos y hace puzzles, yo me dedico a hacer luchas de espadas, le leo comics, y cada vez que viene a mi despacho acabamos sacando los videojuegos de las estanterías para repasar los títulos. Solo hay que vernos cuando tenemos que comprarle algo a guindilla, siempre acabamos discutiendo entre coger un puzzle de El Principito o un álbum de pegatinas de Batman.
Las preguntas que me hace mi hijo en la bañera no son las típicas de un niño de 4 años. Sus preguntas son del tipo ¿por qué no envejece el Capitán América? ¿por qué Hulk destruye cosas? Y sobre todo está obsesionado por saber cuanto de alto saltan todos los personajes ¿?.
Os juro que a veces tengo que darle largas porque no se que contestar. Se piensa que soy una enciclopedia de super héroes. Preferiría que me preguntara de donde vienen los niños o cosas así, para esa pregunta si estoy mentalizado, y ya tengo unas cuantas respuestas preparadas.
Para no cargar yo con toda la culpa os diré que tengo mucha ayuda de familiares y amigos. Mis hermanos, por ejemplo, siempre le regalan camisetas y juguetes de superhéroes.
Algunos amigos tan “frikis” como yo también colaboran comprándole disfraces de Star Wars y juguetes lego de esta saga.
Hablando de disfraces, este amigo organizó para el cumpleaños de su hija una fiesta de disfraces, y claro, apareció con un disfraz de Darth Vader hecho por el mismo, y mi hijo de soldado clon, vaya pareja que hacían.
En fin, que no soy yo solo. Incluso en ocasiones gente que no es friki habitual (tías, primas...) le regalan pijamas de Spiderman porque saben que le gusta. Al final todos ponen su granito de arena.
Reconozco que a veces me da apuro pensar que mi hijo, que aun no se sabe todas las letras del abecedario, conozca todos los nombres y poderes de Los Vengadores. O pensar que con 3 años se terminó su primer videojuego.
Todo esto que cuento explica en parte por que nos gusta jugar en el parque a lanzar y esquivar bombas como si fuésemos héroes de acción.
Menos mal que la madre de Guindilla nos pone el contrapunto y nos aporta otro tipo de actividades, que aunque no son tan divertidas son más convencionales. Así al menos me queda la esperanza de que mi hijo herede alguna afición aburrida de su madre y no todas las mías.