domingo, 27 de octubre de 2013

Sábado en la Warner - la versión de papá

Bueno, ahora que habéis leído la versión de la mamá del guindilla os voy a contar como viví yo ese día, ya que aunque parezca mentira pasamos poco tiempo juntos, porque nos turnábamos mamás y papás para hacer las colas, y por eso algunas cosas las sufrimos de forma diferente.


Yo cuando entré en el parque iba con la idea fija de ver la zona de superhéroes, pero las mamás nos llevaron directamente a la zona infantil. Menos mal que al final pudimos visitarla.


Lo primero de todo es que fuimos en plan superviviente y decidimos no coger ningún plano, confiando en nuestro natural sentido de la orientación y la improvisación. El primer sitio al que entramos fue la casa del Pato Lucas, que parecía vacía por fuera y por dentro ocultaba una cola interminable, para al final hacerse una foto con alguien disfrazado de Lucas, pagando, claro. ¿Qué hicimos? Escaparnos por la primera salida de emergencia que encontramos.


Tras pasar por varias atracciones nos fijamos en que casi todas tenían una entrada especial, algo así como un pase rápido, así es que en un momento de desesperación las mamás nos enviaron a comprar esos pases para que los niños pudiesen montar en más cosas.


Mi amigo y yo teníamos una misión, encontrar donde comprar esos pases, pero nuestro sentido de la orientación nos jugó una mala pasada, y como íbamos sin plano, acabamos dando la vuelta entera al parque (zona de superheroes incluida). 

Al regresar a la casilla de salida vimos una tienda y entramos a preguntar (sí, renunciamos a nuestro orgullo después de pasar dos veces por el mismo punto). Para variar era un poco timo, pagabas 7 euros y tenías derecho a pase rápido para 4 personas en una atracción, inmediatamente decidimos desechar la idea, pero nos quedaba la tarea más difícil, convencer a las madres de que no era tan bueno como lo pintaban.

Mientras tanto las mamás y las fieras estaban en la cola de la atracción de Scooby Doo. Entonces recibí una llamada de la mamá de guindilla diciéndome que llevaban una hora dentro, y que preguntásemos a la gente que salía si merecía la pena seguir esperando, o si aprovechaban para escapar por una salida de emergencia que se encontraba próxima. Os seré sincero, todo el mundo comentaba lo mismo. Los adultos: “una hora y media para 2 minutos de atracción, vaya mierda engaño”. Los niños: “mi pistola estaba rota y no disparaba”. 

Yo llamé a la mamá de guindilla y le solté:  “no tiene mala pinta, la gente parece salir contenta”. Me daba pena decirle la verdad. Ya la descubriría por si misma, para que arruinarle la sorpresa.


Sin duda mi momento estrella fue cuando me engañaron para subir con los niños a la atracción de agua del oso Yogui. Al subir a la barca y ver los asientos empapados me preocupé, y pensé que quizás no había sido tan buena idea, y que aquello mojaba más de lo que parecía a simple vista. Nada mas arrancar nos regaron como en un túnel de lavado de coches. Nos cayó agua por todos lados, incluyendo las barcas de otros niños que nos disparaban con pistolas de agua. (Casualmente mi pistola no funcionaba). Tras unos minutos que me parecieron horas finalizó el tormento. Al bajarnos escurrimos lo mejor que pudimos la ropa, momento que aprovecharon unos niños que iban en otra barca para volver a mojarnos.


Del tema de las máquinas secadoras no contaré mucho más, solo diré que no valen para nada, y menos si te metes con tres niños y dos madres sujetando zapatillas y calcetines en alto.


Cuando por fin fuimos a ver la zona de superhéroes encontramos una tienda en la que vendían chubasqueros (carísimos), esos en los que tanto pensé durante los minutos interminables de agua sin fin que acababa de vivir.  Además la señora de la tienda, ante nuestro inconfundible aspecto, nos confesó que la atracción del oso Yogui era la que más mojaba de todo el parque. A buenas horas.


Al acabar el día todos nos reímos de lo vivido, pero para mi el mejor momento fue cuando llegué a casa y me pude cambiar de ropa, y volver a sentir que la sangre circulaba por mis extremidades inferiores.

viernes, 25 de octubre de 2013

#Viernesdandolanota - It´s raining men

Hoy os traigo una de esas canciones a la que es imposible resistirse. Es oírla y los pies se ponen solos en movimiento.  
Aprovechando que es viernes otoñal y llueve, demos la bienvenida al fin de semana con otro tipo de lluvia.
Además os sirve de propuesta cinematográfica, para pasar un rato divertido, a la vez que romántico, ya que esta canción forma parte de la banda sonora de Bridget Jones.
¡¡ It´s raining men !!






jueves, 24 de octubre de 2013

Arte abstracto en el pasillo de casa

Siempre quise pintar. Eso de hacer tus propios cuadros tiene un irresistible encanto para mi. 
Nunca he tenido grandes aspiraciones, ni suficiente calidad artística como para parecerme a Velázquez, pero desde mi ignorancia tenía la impresión de que el arte abstracto estaría más a mi alcance. Desde que vi expuesto en el Museo Reina Sofía de arte contemporáneo de Madrid un lienzo completamente negro con un punto blanco titulado "la noche", no he dejado de darle vueltas a la idea de probar suerte con la pintura. 

A raíz de una pequeña reforma en casa, en la que aprovechamos para pintar el pasillo, renació esta inquietud. 
Las tres láminas que tenía colgadas desde siempre de repente no me pegaban con el color gris de la pared. Tras valorar diferentes opciones de calidad, incluido un encargo a una amiga que pinta muy bien, decidimos optar por la versión más económica. Compramos 3 lienzos blancos, 6 botes de óleos de diferentes colores y dos pinceles. 

Me senté frente al lienzo, con el pincel en la mano y sin idea de por donde empezar. De repente todas aquellas ideas que tan definidas estaban en mi cabeza se esfumaron. Aquello que aparentemente era tan sencillo (un trazo ancho en negro y dos puntos de color) no resultaba atractivo. Se veía chapucero y cutre. 

Entonces el padre de la fiera me dio una idea -¿por qué no dejas que lo intente el niño? Así siempre podrás justificar que lo hizo un niño de 3 años (que era su edad por entonces). 
Por supuesto el canijo se mostró más que dispuesto. 


Plantamos un mantel en el suelo, el primer lienzo blanco y las pinturas. Allá que se lanzó él, trazo por aquí, trazo por allá. Ahora mezclo estos colores. Ahora lo emborrono todo un poco más. 

Cada vez que quedaba algo medianamente chulo y le tratábamos de convencer de que lo dejase, él volvía a pasar el pincel por encima con otro color.

Fue una tarde de lo más entretenida, viendo disfrutar al canijo, al que habitualmente no le gusta nada dibujar, ni colorear. 

Lo mejor para él, ver colgadas sus obras en el pasillo de casa, y que cada vez que viene alguien de visita le digamos bien orgullosos quien ha sido el artista. 

El resultado final vosotr@s lo podéis juzgar. 


 


domingo, 20 de octubre de 2013

Parques de atracciones - NO, gracias

La semana pasada se me ocurrió un plan genial para el sábado. Irnos con unos amigos y sus hijas al Parque Warner en Madrid. 

Ya os aviso que si después de leer esta entrada os quedan ganas de ir debéis preparar muuuucho dinerito. 

Como vivo ajena al mundanal ruido no me había enterado de que el sábado 12 de octubre era fiesta nacional, y claro, media España tuvo la genial idea de copiar mi plan para ese día. Después de superar la caravana de coches que conducía al parking, pagar los 9 euros exigidos por acceder y dar veinte vueltas para encontrar una plaza libre, accedimos al recinto.

Dos entradas de adulto y una de niño = 87€.
Esta inversión te da acceso a todas las colas del parque. Una media de 90 minutos por atracción, lo cual es divertido y llevadero con niños de 4 a 7 años que se sientan y esperan pacientemente. Ay, perdón, que esos niños no existen. Pues eso, un infierno
Niños que se pegan con los de delante, que pellizcan a los de detrás, que tienen sueño, que tienen sed, que quieren brazos, que tienen ganas de orinar justo cuando vas a acceder a la atracción (y te toca deshacer el camino a mil por hora ante la mirada estupefacta del resto de la gente), ¡que se ponen insufribles!.

Según llegamos y vimos el panorama empezamos a buscar atracciones poco saturadas y, ¡oh! ¡sorpresa!, no las encontramos. 
Los papás/mamás más listos, dando ejemplo a sus vástagos de como actuar, se dedicaban a colarse en cuanto veían la ocasión, con la consecuente riña entre adultos, mientras  el resto se limitaba a esperar su turno con resignación.

El acceso a las atracciones está diseñado por mentes retorcidas. Tú te asomas y ves treinta personas delante de una puerta y piensas - qué suerte, aquí hay poca gente esperando, vamos para dentro. 
Cuando cruzas el umbral de la puerta te encuentras en una sala con un caminito que va y viene cuatro veces y limitado por un pasamanos de hierro, y al fondo otra sala. Entonces piensas - bueno, esta sala y luego llegamos. 

Tres salas iguales después tus nervios están crispados, como los de los otros 500 adultos que tratan de llegar a no saben dónde, para montar en no saben qué, con sus desquiciados hij@s.
90 minutos después accedes a un cochecito que tarda exactamente 3 minutos en completar un circuito en el que solo encuentras fotos pintadas en colores brillantes de Scooby Doo y sus amigos. 
Lo mejor del caso es la ingenuidad y el corazón agradecido de los niños, que salen encantados y convencidos de que aquella agónica espera mereció la pena.

Cuando llegó la hora de comer buscamos uno de los múltiples restaurantes de comida ultra rápida. Porque para quienes no lo sepáis "queda terminantemente prohibido introducir alimentos en el parque". Una medida solidaria con la economía familiar actual y con el apetito voraz y constante de los pequeños. 
Resumiendo, 10 € menú infantil de macarrones, patatas y 3 croquetas, y 15 € el de adultos (ensalada y pollo asado). 

De vuelta a la actividad tras la "opípara" comida nos entusiasmamos al encontrar una atracción sin colas. Cero personas esperando para montarse. 
Lejos de preguntarnos a que se debería esa rara situación decidimos enviar a los tres niñ@s con el padre de la fiera, único voluntario para tamaña aventura. Sin apenas presión aceptó mi sutil sugerencia: - anda ve tú, hombre no seas así, piensa en los niños. No seas rancio. Ve, que ya verás que divertido, que los pobres no se han podido montar en nada. Aprovecha que no hay gente.

¿Es necesario que os diga que se trataba de una atracción acuática o ya lo habíais sospechado?


Cinco minutos después la barca del Oso Yogui nos devolvió cuatro seres acuáticos, que no tenían seco ni un poro de su cuerpo. Chorreando agua de cabeza a pies, como quien se cae vestido en una piscina, salieron los cuatro desdichados, que no sabían si reír o llorar. 

Yo reí, reí mucho. Con esa risa nerviosa de "madre mía qué hago ahora con estos dos empapados. Mañana pulmonía asegurada". 


Mensaje a futuras generaciones: "sed creativos y tened ideas innovadoras" (si no sirven para nada no os desanimeis). Esto os lo digo porque un ingeniero iluminado tuvo el acierto de colocar a la salida de la atracción una cápsula que es un secador gigante. Al módico precio de 2€ - 5 minutos te promete salir igual de seco que entraste. 
Como tenemos fe en la humanidad metimos al papá de la fiera y a los tres niñ@s. 15 minutos después y 6 euros más pobres abandonamos la cápsula de no secado ultra rápido tan mojados como la habíamos encontrado, y ante la mirada desesperada de otra familia de incautos que había sucumbido a la única atracción sin esperas.
 
Mi amiga, mujer sensata y madre abnegada, llevaba una muda de cambio para sus hijas. 
Yo NO. 
Mi amiga puso braguitas, pantalón y camiseta secas a sus hijas. Yo desnudé al mío y usé mi chaqueta de punto para improvisar unos pantalones, y a modo de calcetines unas bolsas de plástico, porque las zapatillas deportivas estaban encharcadas. 

Lo bueno del caso, mi hijo está acostumbrado al desastre de su madre que nunca le lleva muda cuando sale de casa. Consecuencia, no le importa exhibirse medio desnudo entre miles de personas. 

Moraleja: cuando vayáis a un parque de atracciones llevad siempre ropa de cambio y mucho dinero. Ah, si es posible id un día no festivo y entre semana. 


                             

viernes, 18 de octubre de 2013

#Viernesdandolanota - con Cantajuego

Hoy el #viernesdandolanota es muy especial, porque en el vídeo sale Pilu, la preciosa hija de Piluca, nuestra amiga bloguera de 40ytantas.

La canción escogida es la versión que Cantajuego ha hecho de un clásico de The Beatles "here comes the sun".

Espero que os guste y que paseis un estupendo fin de semana    8-)






jueves, 17 de octubre de 2013

El Liebster vuelve a casa



Es de bien nacidos ser agradecidos, y como yo lo soy no puedo dejar de dar las gracias a las amigas blogueras que me han nominado una vez más al Liebster Award, que como sabéis también conlleva obligaciones.

Vaya por delante una disculpa por haber tardado tanto.
Con vuestro permiso me voy a tomar una licencia, y haré una única entrada para agradecer las tres menciones, y lo haré de la más antigua a la más reciente. 


              
  

Ya todos conocéis mi debilidad por la brujita Vane y por sus dos sapitos. Esta argentina que es puro corazón tuvo el detallazo de nominarme cuando le dieron su Best Blog. Muchas gracias guapísima. 




Con ese título era imposible no caer seducida por este blog. Otra mala madre en acción, sacando punta al día a día con su hija. El mantra es "paciencia" ;-)




Yoi es nueva en mi familia bloguera. Tiene un gran deseo, convertirse en mamá, y de ello nos habla en su precioso blog. Espero de todo corazón poder leer pronto que por fin se hizo realidad tu sueño.

Me tomo otra licencia y, para no cansar, solo contestaré las preguntas propuestas por Yoi (los últimos serán los primeros, ya lo dijo aquel).
         
  1. ¿Qué nombres pensaste para tu blog?  Nunca existió plan B.
  2. ¿Por qué empezaste tu blog? Porque estaba hasta el moño de las madres perfectas a las que todo les sale de manual. 
  3. ¿Qué te inspira a escribir? Cualquier tontería que me pasa. Cosas que me cuentan otras malas madres. Casi todo.
  4. ¿Cuál es tu mayor deseo? La paz en el mundo y que me toque el euromillones.
  5. Asignatura pendiente. Hablar inglés como es debido. 
  6. Una pasión. La literatura.
  7. Una palabra  o frase que te defina. Sociable. 
  8. Un temor. Ver sufrir a mi familia. 
  9. Si pudieras elegir una profesión serías...  Top model jajaja. Soy de las afortunadas que estudió lo que quiso y trabaja en ello. Soy psicóloga especializada en RRHH.
  10. Dulce o salado. Ambos, por qué elegir. Lo se, tengo un problema con la comida.
  11. ¿Qué esperas de la vida? Ser feliz. 

Ahora mis nominad@s:


¡¡ Sed felices !!

El día después... me he dado cuenta de que no he dejado mis preguntas a los nominados. Últimamente ando de cabeza. Podéis usar las que me propuso Yoi que son muy interesantes y dan para mucho. Besotes. 


miércoles, 16 de octubre de 2013

#Miércolesmudo - Desde la oficina

Intentaba hacer una foto a través del cristal de la ventana y me salió esto. A la izquierda la calle, a la derecha el interior de la oficina con la calle al fondo. 




domingo, 13 de octubre de 2013

El peor padre del año: cómo pasarlo bomba en el parque

Me presento, soy el padre de "la fiera", aunque yo le llamo "guindilla".

Hoy puedo decir con seguridad que me he sentido el peor padre del año, y visto lo bien que le funciona la terapia bloguera a la mamá de guindilla he decidido compartirlo con vosotr@s.  

Todo comenzó como una tarde de parque normal y corriente, jugando con mi hijo en los columpios, en la arena...lo típico. En estas que vemos a un amigo suyo que siempre juega con nosotros, y el cual ya me tiene fichado. En cuanto me ve a lo lejos me grita  - ¡¡ Holaaaaa, papaaaa de Yaaaago !!

Mi idea inicial era jugar un rato al fútbol con ellos, cuando este niño nos dice -¿por qué no jugamos a las bombas? 
Aquí es donde os preguntáis ¿qué juego es ese de las bombas?
Bueno, pues es un juego que un día se me ocurrió con ellos, y que consiste en que se quedan de pie en la arena, o subidos en el balancín, y yo tiro al aire una pelota que ellos esquivan, rodando por la arena como si fuese una “Bomba” que les cae encima.
Un juego que yo consideraba super inocente y divertido para ellos, hasta ayer.

A partir de hoy me tengo que replantear esa suposición, y os cuento por que. 
Resulta que tras proponérmelo yo les dije, - vale vamos a la arena y jugamos a eso. 
En ese momento les veo salir corriendo emocionados hacia el parque de arena mientras yo iba andando detrás. 
Ya a lo lejos percibí un posible problema cuando vi el balancín ocupado por niños más pequeños, y la zona donde solemos jugar ocupada. Mis temores se cumplieron cuando veo como el amigo de mi hijo empieza a hacer gestos y a vocear a los otros niños. 

Aceleré el paso para decirles que nos podíamos poner en otro sitio y no pasaba nada. Cual fue mi sorpresa cuando al llegar al balancín veo a varias madres pálidas y con cara de susto. Según me vieron aparecer me empiezan a decir cosas como - Dios que susto, este niño viene diciendo que un padre va a poner una bomba en el balancín. Otra decía - Este niño ha venido corriendo gritando que nos tenemos que quitar del balancín porque allí van a explotar las bombas.
Yo os juro que no sabía donde meterme muerto de vergüenza. Solo podía pensar; ¿qué clase de padre soy que juego a las bombas con los niños?. 
Después del incidente, y con las madres al lado, no tenia yo mucho cuerpo para lanzarles las famosas bombas, así es que me limité a intentar convencerlos de jugar a otra cosa, y tratar de volver a casa lo antes posible.

Eso sí, de camino a casa solo intentaba pasar desapercibido, y caminaba un poco encorvado, sin poder evitar pensar qué estarían diciendo esas madres de mí. No me extrañaría que a partir de ahora se me conozca en el parque como “el terrorista del arenero” o algo así.

Tras comentárselo a la madre del guindilla me ha dado la solución - simplemente diles que vais a jugar a que caen meteoritos, y así evitas malentendidos. 
A buenas horas.

Así es que ya sabéis, a veces un juego que consideramos inocente puede dar pie a un malentendido y un momento bochornoso. Os lo asegura El peor padre del año.


--------------------------------------

Cuando al llegar a casa me contó lo sucedido no podía dejar de pensar en alguna madre temerosa llamando a la policía nacional y a los artificieros.
Luego en las noticias dirían que el papá jugaba a juegos de rol, y mis vecinas dirían a los de la tele que era un tipo simpático y educado, que daba los buenos días y que nunca se imaginaron que algo así pudiese pasar.  

Chicas, yo creo que se merece ser nuestro candidato nº16
¿vosotras qué opináis?

viernes, 11 de octubre de 2013

#Viernesdandolanota - de musical con Mecano

Hoy no es un viernes cualquiera.
Hoy tengo una cita con mi chico. Dejamos a la fiera con los abuelos y nosotros de musical.
Nos vamos a ver "Hoy no me puedo levantar".
Como se acerca Halloween he elegido una canción de Mecano que le da otro enfoque a eso de morirse. 


¡¡Feliz fin de semana a tod@s!!



jueves, 10 de octubre de 2013

y tú ¿cómo te llamas?

Cuando supe que iba a ser madre una de las cosas que más difícil me pareció fue elegir el nombre de mi hijo.
Muchas pensareis, pues qué tontería, si yo lo tenía o lo tengo clarísimo que se va a llamar…
No era mi caso.
Lo que sí tenía muy claro era que debían de cumplirse una serie de requisitos:

1º. Un nombre que no existiese ya en la familia. Por supuesto nada de llamarle como al padre, que luego tienes que contestar el teléfono con la eterna pregunta  ¿Pepito padre o Pepito hijo? O peor aún, decides divorciarte y encima que el jodío niño es un clon de su padre lleva el mismo nombre. 

2º. Un nombre que no estuviese de moda y con el que no corriese el riesgo de que media clase se llamase igual.
Esto no me salió muy bien. El día que fuimos al registro a inscribirle la señora funcionaria que nos atendió al oír el nombre de mi vástago nos dijo “qué gracia, llevo 20 años trabajando aquí y nunca había inscrito a ningún niño con ese nombre, y hoy ya es el segundo”.  Se me pusieron los pelos como escarpias.  
Antes de un mes conocía 3 niños en el parque con el mismo nombre y la misma edad. Y yo que pensaba que habíamos sido súper originales.
El primer día de cole me puse a discutir con la profesora porque había pronunciado mal el nombre de mi hijo, hasta que me di cuenta de que había otro niño cuyo nombre es tan similar que se pronuncian prácticamente igual.
Esto me pasa por querer ser innovadora.

3º. Un nombre NO compuesto.  Nada  de Froilán de todos los Santos, Estela del Carmen, ni cosa parecida. Los culebrones han hecho mucho daño en este sentido.

4º. Un nombre que nos gustase al padre y a mí.
Esto fue sin duda lo más difícil de todo.  Durante tres meses (a partir de tener confirmación del sexo) empezamos a seleccionar  nombres pero sin llegar a ningún acuerdo. Cada uno tenía una lista, y nos dedicábamos a tachar los nombres que no nos gustaban de la lista del otro. 
Lo peor de todo era que mi chico se dedicaba a hacer rimas soeces con todos los nombres que a mí me gustaban.
Dos libros de nombres después (uno que me regaló una amiga y otro que me regaló el padre de la criatura), y tras averiguar como se decía “río de la vida que trae la felicidad a casa” en veinte idiomas distintos, decidimos que YAGO molaba. Sencillo, sonoro, poco oído (o eso pensábamos en aquel momento) e inexistente en la familia. Combinación ganadora.

Ahora cuando alguien le pregunta como se llama nos lleva cinco minutos hacer entender que no es Diego ni Santiago, aunque suene similar o el origen sea el mismo. Vamos, que si lo llego a saber le pongo Manolo y listo. 

Pero hay historias realmente divertidas sobre la elección de un nombre.
En mi caso fue una promesa a la Virgen  de Lourdes por parte de las abuelas (un embarazo difícil).  Todo un clásico.

Otro clásico es el robo de nombres a amigos o familiares que lo tienen más claro que tú. Lo oyes, te gusta y lo copias. Así de bonito.

También está la pasión musical, que te lleva a llamar a tu hija Madonna  o Rolling.

Por supuesto la influencia televisiva es grande, ¿cuantas  Jimenas conocéis a raíz de Pasión de Gavilanes?, y ¿quién no tiene una princesa Sofía en su clase de 2º de primaria?

Mis favoritos son los nombres místicos, fruto de una noche de fumeque raro por parte de los padres;  Alma,  Luna, Gálata…

Con los que no puedo son con los de saga. Como el tatarabuelo, el bisabuelo, el abuelo y el padre se llamaban Olegario, pues el nene tiene que seguir cargando la cruz.

Me reafirmo   ¡¡ qué difícil esto de poner nombre a un hij@ !! 

sábado, 5 de octubre de 2013

Una cita con Pablo Alborán - #Todopormimadre

Entre mis múltiples rarezas está el no ser "groupie". Cuando me preguntan por mi cantante o grupo musical favorito no puedo elegir porque no hay uno. Igual que no tengo escritor preferido o película más vista. En este sentido siempre he sido mujer de gustos variados y abierta a las novedades.
Mi carpeta del instituto no estaba forrada con actores o cantantes, de hecho no recuerdo ni que llevaba. 

Desde que unas navidades viendo Cortylandia (ver nota a pie) me arrastró una marabunta de gente y perdí de vista a mis padres odio las multitudes. Me agobian. 

Fruto de esa manía y mi nulo oído musical, unido a mi absoluta incapacidad para recordar letras enteras de las canciones más básicas, nunca he sido aficionada a ir a conciertos. 

Mis padres encantados conmigo, claro. Nunca han tenido que preocuparse de que me fuese de macro fiestas o a conciertos multitudinarios.


Entonces apareció Pablo Alborán en mi vida, o para ser más exactos en la de mi madre, la abuela. Desde que lo escuchó por primera vez, y le regalamos su CD, no deja de seguirlo zapeando por todos los programas de la tele donde lo entrevistan. Ella dice que es el hijo que nunca tuvo (yo soy hija única), aunque yo sospecho que en realidad lo ve como el noviete que le hubiese gustado tener. Ese chico guapo, cariñoso y ñoño que te escribe cartas de amor y te canta susurrante al oido. Ese del que te acababas cansando de puro empalagoso, o porque al final te rompe el corazón en plan canalla
.

Ahí tenéis a la abuela viviendo una regresión a la adolescencia. Con los dos CD rallados de tanto escucharlos, que solo le falta ponerle un marco a la caratula del disco y colocarla junto a las fotos de familia en la mesita del salón. 

De repente un día escuché en algún sitio algo sobre el concierto que daba en mi ciudad y se me iluminó la bombilla. ¿Qué tal sorprenderla llevándola al concierto? 

Cuando se lo comenté a dos de mis amigas el plan inicial mutó en "fiesta de chicas con amiga raruna". (La raruna era yo). Mis dos amigas y mi madre felices. Se ve que Pablo Alborán (Polvorán a partir de ahora) es lo más y yo no me había enterado. 

Mi madre empezó su particular subidón dos semanas antes del concierto. Se paseaba todo el día con una sonrisa de oreja a oreja sin motivo ni razón, como quien oculta un secreto. El día de autos brincaba nerviosa y daba grititos, - ¡que voy a ver a Pablo Alborán! ¡que voy a su concierto!
Quedé en recogerla a las siete, y estuvo durante media hora esperando en la calle mientras llovía porque ya no podía parar en casa. Creo que nunca la he visto tan ilusionada. 
Cuando llegamos al lugar del concierto no podía parar de hablar, y de contar anécdotas de Polvorán. Mis amigas se quedaron estupefactas ante su nivel de conocimientos. Vamos, que podría escribir la biografía del muchacho. 

Las entradas las cogimos con tres meses de antelación, y aún así debimos pillar las últimas, porque nos tocó en lo más alto, donde ver, lo que se dice ver, no vimos nada. Pero como dice otra amiga "lo importante es disfrutar de la música y formar parte del ambiente".

Ambiente sin cobertura, todo hay que decirlo, porque había tal cantidad de gente tratando de enviar su foto dentro del recinto con la entrada en la mano que colapsamos "la nube".
Ni tweeter, ni facebook, ni whatsapp, ni ná de ná. 
Ya me diréis que gracia tiene decir que estás en el concierto de Polvorán dos horas después de que se haya terminado.
Como os podréis imaginar la abuela disfrutó como una niña. Cantó, bailó y habló con todos los que tenía a su alrededor.
Por mi parte, yo que no conocía más que un par de canciones, he de decir que me sorprendió descubrir que también se puede bailar con Polvorán. Afortunadamente no necesité los tres paquetes de pañuelos de papel que llevaba preparados. 
"El triste" se transformó ante mis ojos en chico con ritmo. 
A destacar el dominio que tiene de las cámaras, y como sabe hacer guiños perfectos para meterse al público femenino en el bolsillo. Esa cándida sonrisa con ojos entornados fue la perdición de 14.000 asistentes al concierto.

En cuanto a las letras, este chico tiene una vida dura. Va del puro enamoramiento al más desgarrado desamor. Te quiero con locura. Lo nuesto es imposible. Que bien haberte conocido. Adiós, hasta siempre. Resumiendo, una montaña rusa de emociones.
El momento culmen fue cuando cantó el "y tú y tú y tú", y se le saltaron las lágrimas. Personalmente creo que fue de la emoción de ver que yo también me arrancaba a cantar, ya que este es el único estribillo que me sabía y me pasé medio concierto preguntando si cada canción que empezaba era "la canción".

A la salida del concierto, al más puro estilo groupie, tuve que esperar mientras mi madre veía salir el coche que se llevaba al hijo/novio que nunca tuvo de vuelta al hotel. El chico, muy simpático, bajó la ventanilla y saludó a las fans, entre ellas la abuela de mi hijo. 

Hasta aquí la divertida anécdota, si no fuese porque se avecina el drama, ya que mi madre anda informándose de donde será el próximo concierto con intención de que le sigamos durante la gira. 


¡¡ He creado un monstruo !!

#todopormimadre








Cortylandia. (Esta reseña es para las seguidoras de otros países, a quienes esto sonará a chino). Cortylandia es una feria navideña organizada por un famosísimo centro comercial español. Cuando yo era pequeña en la tienda de la calle Preciados, en Madrid, montaban una atracción con animales mecánicos que cantaban villancicos y el inimitable "cortilandia, cortilandia..." (quien se sepa como seguía por favor que lo escriba en comentarios que yo ya me olvidé).

Hoy por hoy Cortylandia sigue siendo un fenómeno navideño con ramificaciones en todas las ciudades que tienen la dicha de contar con este centro comercial. El que tengo más cerca de casa tiene un tiovivo, un trenecito, pista de hielo para patinar y otras variantes. 
Cuando llega diciembre todos los papás/mamás acudimos en masa con los retoños hechizados por las luces y los villancicos que ponen. Puro borreguismo.
Os dejo algunas fotos para ilustrarlo.



Este post participa en la Fiesta de Blogs de Blanche´s
Este post participa en la
Este post participa en la
Este post participa en la Fiesta de Blogs de Blanche´s Blog. - See more at: http://theblancheblog.blogspot.com/search?updated-max=2013-09-29T00:01:00%2B02:00&max-results=3#sthash.Tza5olWy.dpuf
Este post participa en la Fiesta de Blogs de Blanche´s Blog. - See more at: http://theblancheblog.blogspot.com/search?updated-max=2013-09-29T00:01:00%2B02:00&max-results=3#sthash.Tza5olWy.dpuf
Este post participa en la Fiesta de Blogs de Blanche´s Blog. - See more at: http://theblancheblog.blogspot.com/search?updated-max=2013-09-29T00:01:00%2B02:00&max-results=3#sthash.Tza5olWy.dpuf

viernes, 4 de octubre de 2013

#Viernesdandolanota con Vaya con Diós

Hoy os traigo un grupo que me encanta. Son de los 90 y a pesar de su nombre en castellano son belgas. Tocan música jazz con melodías dulces y pegadizas. En esta ocasión os propongo un acústico en directo y una versión original. Espero que os guste.








Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...